domingo, 14 de noviembre de 2010

Enfermedades inflamatorias- Gastroenteritis

Gastroenteritis

La gastroenteritis es una infección menor del tracto digestivo, que se produce cuando algunos microorganismos se multiplican con rapidez en el estómago y en el intestino. Aunque, por lo general, está causada por un virus, puede tener otros orígenes, como las intoxicaciones por alimentos contaminados o por medicamentos. 
 Histología normal del estomago



La inflamación de la mucosa del estómago se denomina gastritis, mientras que la de los intestinos se conoce como enteritis. Cuando son ambos órganos los afectados se produce una gastroenteritis, que es la irritación e inflamación del conjunto del tracto digestivo. 
Habitualmente, la gastroenteritis está causada por una infección vírica, que se transmite con facilidad de una persona a otra por contacto individual, sin mediación de alimentos ni bebidas. Por lo general, estas infecciones provocan vómitos, que pueden ir acompañados de diarrea, y tiene una duración media de 24 a 36 horas. 
Las bebidas y los alimentos contaminados por microbios también pueden producir gastroenteritis. La ingestión de setas o de bayas no comestibles, que contienen sustancias tóxicas, así como los excesos en la comida o en la bebida, y las aspirinas, los laxantes o los alimentos condimentados en exceso, pueden dar lugar a distintos tipos de gastroenteritis. Asimismo, algunas personas son alérgicas a ciertos alimentos, como los mariscos, los huevos, como los mariscos, los huevos o la carne de cerdo, entre otros, que pueden provocarles accesos de gastroenteritis.
Otra causa posible de esta enfermedad es la alteración de la flora bacteriana natural del tracto digestivo. Cuando una persona padece una dolencia que la debilita, o si cambia su dieta de manera radical, puede alterar este equilibrio y algunas cepas bacterianas se reforzarán a costa del debilitamiento o de la desaparición de otras, con el resultado de una indisposición. También los antibióticos pueden tener un efecto parecido, ya que actúan sobre la población bacteriana intestinal, alterando su equilibrio natural. 
SINTOMAS 
La pérdida de apetito y las náuseas, seguidas de diarrea, son los primeros síntomas de una gastroenteritis. 
Poco después se producen accesos de vómito y movimientos intestinales, con diarreas acuosa, dolores y espasmos abdominales, fiebre y extrema debilidad. 
Las deposiciones suelen ser muy líquidas y, algunas veces, si la enfermedad se prolonga mucho tiempo, pueden llegar a contener sangre y mucosidades. 
Por lo general, cualesquiera que sean los síntomas de la enfermedad, desaparecen de forma espontánea al cabo de dos o tres días. 
Cuando hay más de una persona de una misma familia o de una comunidad (escuela, residencia, cuartel) que presenta los mismos síntomas, es muy probable que la causa de la gastroenteritis sea una intoxicación por alimentos contaminados, aunque con frecuencia resulta difícil establecer la causa, ya que los síntomas pueden no manifestarse hasta después de varias horas de la ingestión del alimento, o en el término de uno o dos días, si la causa es una infección bacteriana o vírica. 
COMPLICACIONES 
Los riesgos que conlleva una gastroenteritis depende de la edad, del estado de salud general del paciente y de las causas que la provocan, como, por ejemplo, el tipo y el número de agentes infecciosos existentes o la cantidad y el carácter patógeno de las sustancias alimenticias ingeridas. 
La diarrea y los vómitos que se presentan en un ataque de gastroenteritis originan una rápida pérdida de líquido y de elementos químicos, como sodio o potasio, lo cual puede causar una deshidratación grave, que alteraría la función química del organismo y, si no se remedia, puede afectar la función del hígado y de los riñones. 
Los riesgos son mayores en el caso de los niños, sobre todo de los menores de 18 meses, y también en los ancianos. 
RATAMIENTO 
Ante un ataque de gastroenteritis se debe guardar reposo en casa y beber gran cantidad de líquidos, para evitar la deshidratación. Durante las primeras 24 horas no se deben ingerir alimentos, y hay que tomar sólo agua, zumo de zanahoria o té; deben ingerirse dos litros diarios, como mínimo, de líquido sin azúcar, ya que éste puede prolongar la diarrea. 
Si la deposición es acuosa, conviene añadir una cucharadita de sal por cada litro de agua o zumo, lo que impide la deshidratación y ayuda a mantener equilibrados los procesos químicos del organismo. En ningún caso se deben tomar antibióticos, aspirinas u otros analgésicos sin prescripción médica, ya que podría agravar la dolencia. 
Es necesario observar una rigurosa higiene de las manos, sobre todo después de ir al baño y antes de preparar la comida. 
No existe tratamiento efectivo alguno contra la gastroenteritis vírica. Si los vómitos son muy intensos, el médico puede administrar preparados antieméticos. La diarrea persistente puede aliviarse con dosis de caolín o con algún fármaco que haga más lentos los movimientos intestinales. Si la diarrea se prolonga es necesario realizar un análisis de la materia fecal, para asegurarse de que no existe una infección gastrointestinal inusual en estas latitudes, como la disentería amebiana. 
Cualquiera de estos tratamientos se debe suspender en el momento en que desaparecen los síntomas iniciales.

GASTRITIS 
Una dolencia con síntomas similares a la gastroenteritis es la gastritis, o inflamación de la mucosa del estómago, que por lo general está causada por la ingestión de alguna comida o bebida que, al irritar la pared gástrica, origina inflamación, dolor y malestar. 
La gastritis aguda puede ser causada por la ingestión excesiva de bebidas alcohólicas, de alimentos muy condimentados o que contengan agentes tóxicos o infecciosos (químicos, víricos o bacterianos), de aspirinas u otros medicamentos, o también por fumar en exceso. 
Los síntomas que presentan la gastritis, como anorexia, náuseas, vómitos y sensación de molestia o ardor en el estómago, suelen desaparecer cuando se elimina el agente causal. 
En el caso de una gastritis alcohólica aguda, la inflamación puede progresar y causar úlceras en el estómago, con algunas complicaciones posteriores. 
La gastritis crónica puede constituir el síntoma de alguna enfermedad subyacente, como la anemia perniciosa, el cáncer de estómago o la úlcera péptica, entre otros muchos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario